Aporte elaborado por Nahúm Ulín.
Nuestro mundo actual, especialmente el de nuestros jóvenes, nos da pistas de cómo el ser humano está accediendo a la auto-realización y trascendencia de la realidad humana: encontrar en lo humano una pizca de divinidad y dignidad. Por eso, ante la dinámica del tema de la diversidad sexual, vista desde la vertiente religiosa: ¿por qué, en vez de generar esperanza y dignidad auténticas, sólo prevalece la condenación y el desahucio de posibilidades de felicidad? ¿Jesús condenó estas preferencias dentro de su grupo, sabiendo que la Biblia no habla nada de ello? ¿por qué la Iglesia no apuesta abiertamente por una pastoral de la diversidad sexual? ¿por qué se nos hace más fácil, a los cristianos y cristianas de hoy, ver la diversidad sexual como un delito y no las injusticias sociales que matan a miles de seres humanos?
Muy buenas preguntas. Sus respuestas dependen de una construcción social en la que no se olviden, sobre todo, la dignidad del ser humano, sin importar su preferencia sexual y la tolerancia a la diversidad, como signo visible de la paz.
ResponderBorrarPor el momento, sueño con una Iglesia más abierta en la que todas y todos tengamos un espacio, una Iglesia que no discrimine, ni prejuicie, sino que oriente y acepte las condiciones contextuales de los jóvenes de nuestro tiempo.
Un día reflexionábamos con algunos amigos: el que la Iglesia acepte que homosexuales pertenezcan a la comunidad eclesial pero que al mismo tiempo (así como una condición, "con tal de que...") rechace profundamente el que mantengan relaciones sexuales es una contradicción. Es una contradicción porque niega la naturaleza humana, coarta a las personas, las hace sentir una culpabilidad creada. Negarle a alguien su derecho de satisfacer sus necesidades (incluyendo las sexuales, por supuesto) es matarla.
ResponderBorrarNo puede decir la Iglesia entonces que tolera a las personas homosexuales cuando en lo que afirma se nota una profunda homofobia. Acepta a homosexuales pero no deja que sean esas personas ellas mismas ¿Qué diablos - pensamos - entonces se supone que haga un homosexual? Pienso que es difícil que dos personas que se aman profundamente al punto de decidir compartir sus vidas se nieguen la necesidad del afecto, no sólo psicológico sino de igual forma el físico.
Me siento totalmente identificado con todas las ideas expresadas. Trabajar como laico por mas de 16 años dentro d una parroquia y convivir con el sentir de estar tan cerca y tan lejos a la vez, d ese Cristo q me ama pero q segun la Iglesia condiciona el camino para q me acerque a ese amor fue un reto continuo. Fue como tener una relacion homosexual con El... (a escondidas, solo pudiendo ser yo mismo en el anonimato y guardando siempre las apariencias). Anhelo llegar a ver los dias n q toda la Iglesia primero acepte su homofobia disfrazada y sea realmente un medio para q todos y todas experimentemos sin condicionamientos el Amor y lleguemos un dia a ser salvos por aquel ques es Amor.
ResponderBorrarAgradecemos sus intervenciones y propuestas, esperamos que estas susciten nuevas formas de proceder antes la cotidianidad...
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